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Realidades. Noches de desvelo, comiendo techo. Pensando en seguir hacía delante. Buscando apoyo en la música, al parecer ella me comprende. Ella está ahí cuándo nadie se da cuenta de mis problemas. Ella es mi propio tipo de anestesia. Escribir algo que sabes que nadie va a leer. Escribo aquí, lo que no me atrevo a decir, a gritar…

miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Has anhelado, a través de los cansados días,
La visión fugaz del rostro amado?
¿Has clamado por un instante de paz
En medio del dolor de las penosas horas?
¿Has rogado por el sueño y la muerte,
Cuando el dulce e inesperado consuelo
Fue sólo sombras y aliento?
Hace mucho, demasiado, que el miedo no disminuye
Sobre estas ilusorias y reptantes flores.
Ahora descansa: pues aún en el reposo
Podrás conservar todos tus anhelos.

Debes descansar y no temer
Al acechante y sordo despertar
De una vida que transcurre a ciegas;
Llena de desperdicios y penas.
Debes despertar y pensar en lo dulce
Que es tu amor, en su íntimo ardor.
Será más dulce para los labios que conocerás,
Más dulce de lo que tu corazón intenta ocultar:
Anhelos absolutos e insatisfechos.
La respuesta a todas las esperanzas
Se cierran sobre tí, muy cerca.

Recordarás los antiguos besos,
Y aún el frío dolor que crecía.
Recordarás aquella poderosa dicha,
Y aún los ojos y las manos perdidas.
Recordarás todo el remordimiento
Por lo escasos que fueron sus besos,
El sueño perdido de cómo se conocieron
Es el sabor a miseria en tus labios marchitos.
Entonces parecía Amor, pero nacido para morir,
El Hoy es inquietud, dolor:
La bendición es el olvido, el silencio;
Mi Amor es solitario, más nunca será un secreto.

Como te amo

Cómo te amo?, déjame contar las formas,
Te amo hasta la profundidad y la extensión y altura
Que puede alcanzar mi alma, cuando busca a ciegas
Los límites del ser y de la gracia ideal.

Te amo hasta el nivel más quieto
de la necesidad cotidiana, a la luz del sol y el candelabro.
Te amo con la libertad con que se opone el hombre a la injusticia;
Te amo con la pureza de quien desdeña los elogios.

Te amo con pasión exacerbada por mis viejas penas,
Y con la fe inocente de mi infancia.
Te amo con el amor que me pareció haber perdido
Cuando dejé de creer en los santos - ¡Te amo con el aliento,
Sonrisas, lágrimas, de mi vida entera! – y, si Dios lo quisiera,
Te amaré aún mejor después de la muerte.



- Elizabeth Barrett Browning

lunes, 3 de septiembre de 2012

¿Ella? Mi puta vida.

Si, ella, a la que tanto quiero, con la que río y lloro, con la que le puedes contar tus cosas, la que te anima cuando sientes que tu mundo se rompe en pedazos, cuando no tienes ganas de nada. Te da fuerza para seguir adelante, y no rendirse, pero llega el momento en el que sientes que no puedes seguir pensando en cosas que jamás existieron y me hicieron creer, quizás si no fuera por ella, seguiría perdida por un camino que no lleva a nada. Gracias, por todo. Por estar en los buenos y malos momentos.

Todo llega, a quier sabe esperar.

Y de repente, piensas, todo lo que has vivido, toda tu infancia, cuando tu única precupación era jugar, jugar, y jugar. Vas creciendo, te vas dando ya cuenta te todos los problemas, las notas, los amigos, las relaciones,los chicos Que si me gusta este, que si me gusta el otro. En fin, ellos, los que nos alegran y nos rompen el corazón, los que con tan solo una mirada nos llenan de alegría. Pero realmente te gusta alguien de verdad cuando no quieres nada más que él. Que serías capaz de cualquier cosa por el. Pero luego cuando te decides a decirselo, cuando siges los consejos de ellas, cuando llevas un tiempo en el que te hicieron creer que habría algo entre vosotros, de repente… nada. No habria ni habrá jamás. Te decepcionas. Lloras. No tienes ganas de nada. Pasas de todo. Y te haces creer tú misma que eres una mierda. Y tienes la autoestima por los suelos. Y a la mínima lloras y explotas. Pero ¿a que lleva eso? A nada. No sirve de nada. Porque ¿cuántas veces tuve algo y no lo ví? Ahora sé la puta realidad, y quizás no te tenga ahora o nunca te tendré tal vez, pero alomejor el destino a querido esto, por que luego sucederá, tarde o temprano. Pero pasará. No hay prisa. Hay que vivir el momento, por que nunca sabes que puede suceder mañana.